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jueves, julio 07, 2005

De cuando logré escapar en 1989 (Crónica Nº7)

Inicialmente cuando Eduarda me secuestró en 1988 me tenía en otra casa, en una que quedaba en la Gran Avenida, lo sé pues de allí me logré escapar rompiendo una ventana y saltando desde un segundo piso. Una vez fuera recurrí a un viejo amigo, que muy comprensivo me prestó dinero y me recomendó salir del país. Ese mismo día decidí partir al Brasil porque en Argentina no me quería nadie. Hice un viaje en bus de 4 días y llegando allá, aunque exhausto, decidí ir directo del terminal a cumplir mi sueño de conocer el gran Maracaná. Una vez en el estadio me llevé una gran sorpresa al ver que justo había partido, y para mi mayor dicha, se enfrentaba la selección de Brasil contra el seleccionado chileno. Como buen hincha nacional pedí plata en la calle, compré la entrada y me ubiqué en una de las galerías lleno de energía para apoyar a la selección, una vez dentro encontré un cómodo lugar junto a unas muchachas muy atractivas, enseguida me puse a bailar samba y a gritar como loco por Brasil.

Con los curvilíneos cuerpos de las garotas no me podía concentrar en el juego, de repente me di cuenta que estaba todo transpirado, que el partido iba ya en el segundo tiempo y que Chile caía por un gol, un certero tiro de Careca había vencido al honesto portero nacional. Mientras Chile buscaba con desesperación el empate, un negrito empezó a joder con una especie de fuego de artificio, yo para prevenir un accidente le llamé la atención una y otra vez, traté de explicarle que lo que estaba haciendo era muy peligroso, aunque me esforcé mucho no lograba hacerlo caer en razón pues el negrito no hablaba nada de castellano. Al final me desesperé, se lo quité y lo arrojé lejos sin cuidar donde iba a parar. De pronto todas las miradas se concentraron en el arco chileno, el portero estrella Roberto “Cóndor” Rojas estaba en el suelo y la sangre corría por su frente.

La reacción de sus compañeros fue inmediata, ni siquiera esperaron el ingreso de la camilla, enseguida levantaron al héroe caído y lo llevaron al camarín. La mafia de Chile no volvió a la cancha, el capitán Astengo decidió que los incidentes eran tan serios que ameritaban un retiro. Yo aprovechando el alboroto y la confusión golpeé al negrito hasta que perdiera la memoria y salí corriendo del estadio sin que nadie lo notará, rápidamente tomé un taxi y luego un bus de vuelta a Santiago.

Cuando llegué acá pensé que estaría a salvo, pero pronto me di cuenta que la noticia estaba en la portada de todos los periódicos, en los canales de televisión y en las radios, el incidente había sido tan confuso que culpaban a cualquiera, incluso a una de las chicas que estaba a mi lado, una chica que era rubia y que después tuvimos la dicha de ver desnuda fotografiada en una de esas revistas para hombres solos.

No sabía que hacer, caminando por la Alameda para tomar un micro, encontré a una vieja gitana que me ofreció leerme la mano, yo me negué rotundamente y ella con gran habilidad destapó su pecho y agarró su pezón lanzándome un chorro certero de calostro tibio en el rostro. Yo que hasta ese punto no entendía nada, miré extrañado a la anciana que me maldijo diciendo, ya verás paisano bastardo mientras tu corazón se mantenga latiendo la selección chilena jamás tendrá un desempeño internacional digno.

Muy asustado y con la conciencia intranquila, para que nadie me encontrara regresé con Eduarda, después de todo en ninguna otra parte estaría más seguro que secuestrado por ella, aparte reconozco que también un poco la había extrañado. Por suerte me perdonó y me permitió volver al calvario, al día siguiente me trajo con los ojos vendados y drogado a la casa donde me encuentro hasta el día de hoy.


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3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

jajja, hola Juan.
asi que conociste el maracana y que tal? te gustó
viste si al final dentro de tu corazoncito = extrañas a Eduarda.
ya poh que estes bien,
bye

11:21 p. m.  
Blogger Daicelot said...

Impresionante, es muy magnético.

3:29 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

facil de imaginar, dificil de creer. en todo caso no se como regresaste y aun permanecian en los diarios los titulares del Maracanazo... si el viaje tarda 4 dias... Y justo estubiste al lado de la garota... ya, y no te fijaste donde fue a caer la vengala... ya... mmmmmmm... te dejo bien malito la Eduarda ah!!!

2:33 p. m.  

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