<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d13247643\x26blogName\x3d1\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dSILVER\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://calamidadesdelcautiverio.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_CL\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://calamidadesdelcautiverio.blogspot.com/\x26vt\x3d-6116356490886290003', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

sábado, junio 11, 2005

El Ingeniero Dovranicci (Crónica Nº4)

A veces me siento tan solo que por la mañana pongo el informativo para oír la voz de alguien, luego imagino que esa persona me habla sólo a mí y le tomo cariño, es como un sustituto del amigo ausente. A medida que continúa la conversación sólo recibo malas noticias de su parte así que entro en trance, confundo la realidad con la ficción y termino increpándolo violentamente perdiendo el control.

Cuando hago eso a Eduarda le da coraje y sigue pasando el chancho en el cuarto sin hablarme durante el resto del día. Esa maldita actitud como de superioridad que toma en tales casos es la misma que tomaba al pasear por la plaza cuando éramos jóvenes. Supongo que a eso debía su fama en el barrio, de hecho cuando la veían pasar todos murmuraban, los hombres hablaban de lo guapa que estaba o afirmaban haber hecho tal o cual posición con ella en la cama, en cambio las mujeres hablaban de su escote descarado y lanzaban rumores horribles que viajaban de boca en boca creciendo. Siempre se le acusó de infinidad de faltas a la moral, pero nunca se pudo probar nada, yo en lo personal pienso que todo lo que se decía era verdad. Además nuestro barrio tenía el índice de suicidio adolescente masculino más alto de Chile y Eduarda siempre tuvo gran parte de culpa en eso.

El más importante de los apasionados y numerosos pretendientes que Eduarda disfrutaba torturando era el Ingeniero Dovranicci, todos lo conocían como Ingeniero pero en realidad nunca se graduó el muy chanta, siempre terminaba reprobando los ramos pues se la pasaba organizando malones o intentando seducir a Eduarda. Dovranicci era un poco mayor que el resto de nosotros y todas las solteras morían por él, a menudo visitaba nuestro conventillo a escondidas de sus padres.

El Ingeniero provenía de una familia de gente bien, su padre era un exitoso empresario de origen siciliano pionero en el lucrativo negocio del tráfico de órganos. Dovranicci padre era conocido por todos con el sobrenombre de Sueltamihigado Dovranicci, era un hombre odiado y considerado déspota pues pagaba una miseria a sus empleados que eran nuestras familias. Dovranicci hijo en cambio, era un hombre muy generoso que siempre se emborrachaba en sus celebraciones y regalaba armas o pasta base a los niños. Totalmente alcoholizado solía decir que su sueño era llenar de puentes y túneles la ciudad, se rascaba su pelirroja barba afirmando que estas estructuras viales son lo más cercano que existe a la tele transportación.


[Volver a Calamidades]

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Jelou!
no había tenido tiempo para visitarte Juan. Pero aqui estoy, no me queda algo claro, o quizá no he leido bien, si antes salias a pasear con Eduarda, en que momento te encerró? Y como puedes decir que lo que decía la gente de Eduarda es verdad, a lo mejor ella se arreglaba para tí, y tú no le decías nada.
Ya me alargue demasiado, que estes bien, ojala me puedas aclarar esas dudas.
adeus.

4:49 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home